NOTRE-DAME DE PARÍS, escrita por Víctor Hugo (a quien se le ha coronado como el “Shakespeare de la novela”), defendía que lo considerado por la sociedad como feo o grotesco no puede quedarse fuera pues, según sus propias palabras, todo lo que está en la naturaleza también está en el arte.
Con esta declaración de intenciones, Pedro Martín Cedillo (dramaturgo) y Jesús Sanz-Sebastián (director) proponen un juego de equilibrios entre la realidad y la fantasía, lo cotidiano y lo sublime, la lírica y la épica, el amor y la muerte para hablar de la exclusión y las desigualdades que generamos los seres humanos.
Una pieza de Teatro Inclusivo sobrecogedora y poética a partes iguales. Con una gran carga de realismo, NOTRE DAME DE PARÍS, se convierte en un reflejo del comportamiento humano y de su dualidad como un ser capaz de amar y de dar vida y de excluir, juzgar y matar.